Cuando uno echa la mirada hacia atrás, se sorprende de la cantidad tiempo que ha pasado desde un suceso a otro con la sensación de no haber transcurrido más de dos o tres clics de ratón en ese flash de vida. Y cuando echas la mirada hacia atrás y ves el fruto de una tarea bien hecha, es entonces cuando primero la satisfacción y luego la nostalgia se te vienen encima, por eso dicen que es importante a veces no mirar hacia atrás y no perder ni un segundo del tiempo presente. Si en un día algo hiciste bien, ¿por qué no hacer lo mismo todos los días?
5 de agosto de 2009
La Satisfacción
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Cuando uno echa la mirada hacia atrás, se sorprende de la cantidad tiempo que ha pasado desde un suceso a otro con la sensación de no haber transcurrido más de dos o tres clics de ratón en ese flash de vida. Y cuando echas la mirada hacia atrás y ves el fruto de una tarea bien hecha, es entonces cuando primero la satisfacción y luego la nostalgia se te vienen encima, por eso dicen que es importante a veces no mirar hacia atrás y no perder ni un segundo del tiempo presente. Si en un día algo hiciste bien, ¿por qué no hacer lo mismo todos los días?
Cuando uno echa la mirada hacia atrás, se sorprende de la cantidad tiempo que ha pasado desde un suceso a otro con la sensación de no haber transcurrido más de dos o tres clics de ratón en ese flash de vida. Y cuando echas la mirada hacia atrás y ves el fruto de una tarea bien hecha, es entonces cuando primero la satisfacción y luego la nostalgia se te vienen encima, por eso dicen que es importante a veces no mirar hacia atrás y no perder ni un segundo del tiempo presente. Si en un día algo hiciste bien, ¿por qué no hacer lo mismo todos los días?
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