23 de noviembre de 2013

Batman le ha salvado de la ruina (2ª Parte)


Momentos difíciles para Prince
Batman le ha salvado de la ruina


Prince, que asistió de la mano de su amada Sheena Easton al estreno de la película en Londres, se halla ahora refugiado en la capital del Sena, ciudad de la que se rumorea que puede convertirse próximamente en la nueva residencia oficial del cantante.

- ¿Es cierto de que te vas a vivir a París? ¿Estás descontento con tu país?
- No, nada de eso. Ya lo he dicho muchas veces, yo soy patriota sin inhibiciones. Pasemos a otro tema.

-Tus detractores te critican por querer complacer descaradamente al público blanco, olvidando el público negro, que fue el que al principio te apoyó.
- No creo haber dejado mis raíces funkies en ningún momento. Lo que pasa es que he crecido en un mundo blanco y negro, pobre y rico. Cuando era niño, escuchaba música de todas clases, y siempre pensé que algún día haría música de todo tipo. No quería ser juzgado por el color de mi piel, sino por la calidad de mi trabajo. Y espero continuar así. Creo que hay mucha gente que me comprende y que me apoya, del mismo modo que yo comparto su forma de ser y sus costumbres... De todos modos, yo creo que incluso "Around The World In A Day" es un disco funky...

- Se dice que sólo sabes hacer las cosas a tu manera, que siempre impones a los demás tu criterio.
- Bueno (ríe), ya sabes. Estuve durante mucho tiempo a las órdenes de otros. La mayor parte de las veces, tenía que someterme a sus caprichos (sic)... Entonces pensaba que si lograba mantenerme firme y trabajaba duro, llegaría un día en que podría permitirme el lujo de hacer lo que me diera la gana. Y así ha ocurrido. No pretendo despreciar a nadie, pero mi manera de hacer las cosas es siempre la mejor.

- ¿Te pasabas mucho en aquella época?
- No, para nada. Minneapolis era una ciudad casi muerta: la radio, las discotecas, hasta las mujeres parecían muertas. Teníamos claro que, si queríamos cambiar eso, había que hacer algo de ruido. Así fue cómo mis amigos y yo empezamos a formar grupos musicales y a hacer otro tipo de cosas, como montar en moto desnudos. Nos divertíamos mucho.

- ¿Y tu obsesión sexual cómo surgió?
- A mi madre le gustaba leer basura pornográfica de la peor especie, y yo le tomé gusto desde los ocho años. Subía a su cuarto, y se la tomaba prestada cuando ella salía. Luego estaba el tema de los remordimientos: robarle los libros, tener que devolvérselos a escondidas... Terminé escribiendo mis propios cuentos. Creo que mis historias surgían directamente de lo espabilado que estaba en materia sexual. En el instituto fue cuando empecé a escribir también letras de canciones mías que hablaban de sexo y de relaciones sexuales escabrosas. El sexo es el único tema que pone muy nerviosa a la gente cuando surge en una conversación.

- ¿Por qué te gusta vestirte y actuar de forma tan exhibicionista? ¿No temes que hasta cierto punto una imagen tan provocativa haga más difícil el reconocimiento de tu talento por parte del público?
- Es posible que así sea, pero no me importa. Si saliese a tocar con un simple traje de chaqueta, no lograría en la gente el efecto que busco. Una vez, una chica me preguntó por qué iba vestido así. Entonces la apreté contra mi cuerpo y le pregunté si no se sentiría más a gusto llevando puesta sólo su ropa interior. Ella soltó una risita y tuvo que reconocer que sí... La verdad es que yo me pongo la ropa con la que me siento cómodo. Por ejemplo, en concierto: para mí la ropa es una barrera, porque mis shows son, ¿cómo diría yo?, atléticos, has de desplegar mucha energía.

- ¿Qué es lo que te impulsa a seguir haciendo música? ¿Las ansias de un éxito aún mayor, la necesidad de expresarte, el apego a la fama o todo a la vez?
- Yo pongo mi alma y mi corazón en todo lo que hago, y soy capaz de trabajar duro el tiempo que sea necesario. Existe un mensaje detrás de todo lo que escribo, que espero el público capte. Eso es lo más importante. Divertirse es necesario, pero ha de haber siempre algo sobre lo que pensar, que te haga vibrar.

- Tus últimos discos no han vendido todo lo que se esperaba.
- Bueno, yo hago las cosas para mí y para mis fans, para la gente que me ha estado apoyando durante todos estos años. Trato de hacerles llegar con cada uno de mis discos algo así como un mensaje personal. Por eso las ventas de mis discos no me preocupan demasiado. Sirven para mantener un techo sobre mi cabeza, llenar de dinero los bolsillos de los que me rodean. Pero sólo son secuelas de la música. Espero que la gente entienda que dinero es una cosa y alma otra; y que no me importaría arruinarme de repente, siempre que pudiera seguir haciendo música. Porque, mira, cuando después de un concierto se encienden las luces, y veo a todos los que han venido a escucharme, se me llenan los ojos de lágrimas. Se puede sentir que hay amor en el local. Y eso significa mucho más que el dinero... Podría seguir actuando durante horas y horas, porque pierdo el control. Me lo paso muy bien, y me siento agradecido por estar vivo.

- ¿Cómo es un día normal en la vida de Prince?
- Trabajo. Yo trabajo mucho. Estoy intentando acabar unas cuantas cosas que tengo empezadas para poder descansar. Porque trabajo tanto que todo el mundo teme que me dé algo.

- ¿Tienes miedo a morirte?
- No, son los demás los que tienen miedo de que me muera. Se pasan la vida diciéndome que trabajo demasiado...

- ¿Crees en la inspiración?
- No sé. La cuestión es que oigo cosas cuando duermo. Me levanto y voy al baño. Intento cepillarme los dientes y, de repente, el cepillo empieza a vibrar y me dejo llevar. Miro el cepillo, me meto en el estudio, y cojo un bajo rápidamente. No sé por qué, pero mis mejores canciones las he compuesto así. Para mi, hacer una canción es como cuando una chica nueva entra en mi habitación. Nunca sabes lo que va a pasar hasta que todas las cosas encajan. Luego ella se pone de pie y dice: "Hola, ¿quieres darle un mordisco a esta naranja?". Tu muerdes y está fresca.

- ¿Cuál es tu instrumento favorito?
- Mmmm... es una cochinada.

- Tú los tocas casi todos. ¿Es eso una cochinada?
- No, escucha, es que no lo sé. Depende. Todos suenan diferente. Yo trato de ser un poco original en mi trabajo. Se ha abusado de casi todos los sonidos, y yo intento hacer algo nuevo. A veces me encuentro con cosas sorprendentes.

- Pero has hecho de todo...
- ¿Cómo?

- Me refiero a que has hecho rock duro, baladas sensuales,...
- No. En realidad sólo he arañado la superficie. Hay tantos sonidos, no existe ningún límite. El límite es tu imaginación.

Fuente: Artículo publicado en la revista "Primera Linea". Nº 53. Septiembre de 1989. Texto: N. Dewan.

2 comentarios:

The Jolly Roger dijo...

Quizá esa actitud tan viva y antimercantil es la que se echa de menos en él últimamente. Como he dicho otras veces, su bajada productiva creo que es más una cuestión de su espíritu y actitud actual que de talento o creatividad. A la prueba escrita me remito, tanto la de antes como la de ahora.

Eso suele pasar cuando se buscan fines tan sumamente espirituales como los suyos...

Wonderboy dijo...

Por su espiritualidad está muy lejos de lo que fue, sin embargo, a mi no me desagrada del todo su actitud de unos años hacia aquí. Creo que está sabiendo envejecer, en cuanto a comportamiento público se refiere. Otra cosa es su marketing como músico, que a veces deja bastante que desear.